En el corazón de Cataluña, a medio camino entre Girona y la Costa Brava, se encuentra Caldes de Malavella, una pequeña localidad que parece suspendida entre el pasado y el presente. Conocida por sus aguas termales con propiedades curativas, lleva siglos atrayendo a curanderos y viajeros en busca de bienestar. Pero Caldes es mucho más que sus aguas curativas. Con sus restos romanos, sus leyendas locales y sus paisajes mediterráneos, Caldes es un destino tan rico en historia como en tradición. Ya sea paseando por sus estrechas calles en busca de su patrimonio o explorando las colinas de los alrededores, Caldes de Malavella ofrece una experiencia única, donde el relax y el descubrimiento se unen en perfecta armonía.
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Una ciudad moldeada por sus aguas termales
Las aguas termales de Caldes de Malavella son el alma de la ciudad. Explotadas desde la época romana, siguen fluyendo por fuentes públicas y establecimientos de prestigio. Los romanos, seducidos por las propiedades curativas de estas aguas minerales calientes, construyeron aquí termas de las que aún hoy se conservan restos, como las termas de Sant Grau. Estos vestigios, cuidadosamente conservados, atestiguan la importancia de la ciudad en la antigüedad como centro de relajación y cuidado de la salud.
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En tiempos modernos, Caldes ha reforzado su estatus gracias a establecimientos emblemáticos como el Balneario de Prats y el Vichy Catalan. El primero, famoso por su arquitectura modernista, es un remanso de paz y relajación desde el siglo XIX. El segundo, fundado en 1881, es mundialmente famoso por su agua mineral naturalmente gaseosa, que brota a 60°C. Este establecimiento ofrece una gama de tratamientos termales al tiempo que perpetúa la tradición de embotellar su agua, símbolo de la ciudad.
Paseando por las calles, es imposible no fijarse en las omnipresentes fuentes, entre ellas la Fuente de la Mina, donde todavía se puede disfrutar de esta agua tan especial. Los lugareños, orgullosos de su patrimonio termal, han transformado estos manantiales en un auténtico arte de vivir, atrayendo cada año a visitantes de todo el mundo.
Una historia escrita en piedra
Además de sus manantiales, Caldes de Malavella es un pueblo rico en historia, donde cada calle parece contar un episodio del pasado. Los restos romanos, aunque emblemáticos, son sólo una parte de la historia de esta pequeña localidad. En la época medieval, la ciudad creció en torno al castillo de Malavella, una estratégica fortaleza situada en lo alto de una colina. Ahora en ruinas, el lugar ofrece unas vistas impresionantes de los alrededores y es una visita obligada para los amantes del patrimonio.

La iglesia de Sant Esteve, con su mezcla de estilos románico y gótico, es otra de las joyas del pueblo. Situada en pleno centro de Caldes, atrae a los visitantes por su elegancia y sencillez, a la vez que es un lugar de recogimiento para los vecinos. Cerca de allí, las ruinas de la muralla medieval recuerdan los tiempos en que la ciudad tuvo que defenderse de los invasores.
Caldes de Malavella también está llena de leyendas. La más famosa es la de la Malavella, una bruja que aterrorizaba la región antes de ser derrotada por un valiente caballero. Esta figura legendaria, aunque aterradora, se ha convertido en un símbolo de la ciudad, celebrado en diversas fiestas y eventos. Explorando las colinas de los alrededores, no es difícil imaginar las historias que inspiraron esta leyenda, añadiendo un toque de misterio a la belleza natural de la zona.
Una naturaleza generosa
Caldes de Malavella tiene mucho más que ofrecer que su patrimonio histórico y termal. La localidad está rodeada de un encantador paisaje mediterráneo, ideal para realizar multitud de actividades al aire libre. Las colinas y bosques de los alrededores albergan una gran variedad de flora y fauna, ideal para senderistas y ciclistas.
Una de las rutas más populares es el camino que sube al Puig de les Ànimes, que ofrece espectaculares vistas panorámicas sobre la llanura de la Selva y las montañas circundantes. Esta ruta es accesible y envolvente a la vez, y permite descubrir paisajes típicos catalanes mientras se disfruta de un momento de tranquilidad lejos del bullicio de la ciudad.
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Los amantes del golf no se quedan al margen. A pocos kilómetros del casco urbano se encuentra Camiral Golf & Wellness, considerado uno de los mejores resorts de golf de Europa. Con sus campos de campeonato e instalaciones de alta gama, atrae a jugadores de todo el mundo, lo que contribuye a la prestigiosa imagen de Caldes de Malavella.
Por último, la proximidad de la ciudad a la Costa Brava ofrece una oportunidad única para explorar algunas de las playas más hermosas del Mediterráneo. Después de un día paseando o corriendo por las calles históricas, nada como una excursión a las aguas cristalinas de la región para redondear la estancia.
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